¿Lees novela erótica? ¿Te has corrido alguna vez cuando tus ojos se deslizan por las palabras escritas en páginas amarillentas, mientras sientes los latidos atenazando tu polla caliente y dura en el pantalón vaquero?

¿No has sentido como un escalofrío recorre tu espalda desde el pubis, dándote la sensación de que necesitas aire... o mejor, una boca que recorra esa verga erguida desde su base hasta la punta? Muy mojada, mucha saliva caliente resbalando por unos labios carnosos pintados de rojo que se desdibujan manchando el rostro femenino.

Mi rostro...

En su defecto puedes masturbarte, agarrar firmemente tu polla con la mano, rodear el capullo con los dedos gruesos y sentirla palpitar. Gemir.

¿Quieres correrte leyendo novela erótica? ¿Quieres que escriba porno para ti? ¿Quieres recordar estas palabras mientras estás conduciendo, acostado en la cama, o duchándote? ¿Quieres sentir como se te pone dura cuando el agua acaricia tu culo al entrar en el mar? ¿Quieres imaginarme jadear tu nombre mientras estamos separados, fantasear con cómo me masturbo tirada sobre la alfombra de mi dormitorio, como me penetro yo misma y me lamo los pezones... pensando en ti?

Como me estremezco al correrme... gritando tu nombre.

Imagina leche condensada resbalando por mis nalgas. Y ahora imagínala resbalando por mi coño rasurado. Imagina que la lames, que la chupas entera, y que yo te acompaño. Que nos pringamos entre sudor y azúcar.

Y ahora imagina que no es leche condensada...

¿Quieres?

Yo quiero que te corras pensando en mí.

Puedo hacer que te corras pensando en mí.

Puedo.

Puedo escribirte las cosas más calientes.

Puedo.

¿Quieres?

sábado, 22 de octubre de 2011

Me has descubierto

Hoy, amor… hoy has descubierto mi alma. Después de tantos años, después de soñarlo tanto. Te has asomado al abismo que nos separaba, has entendido que mi mente estaba atormentada. Hoy me has mirado a los ojos y me has preguntado. Y yo he asentido… Dices que me puse colorada.

Hoy me has empezado a ver como yo me veo. Con tacones de infarto no solo para caminar, con faldas y escote no solo para vestirme. Hoy me has visto atada, amordazada… Colgada del techo, atada a la cama con las esposas.  Me has visto con otros hombres, con varios, o con otro solo. Con ellos entre mis piernas, con ellos en mi boca; varias pollas penetrándome, o solamente mirando mientras me masturbo en el salón de casa. Me has visto con mujeres, dándome placer, o yo brindándoles mi lengua… Sus tetas en mi boca, sus coños regalados a mis deseos.

Hoy por tu mente han pasado mis imágenes. Fotos para provocar desnuda, mensajes para mantenerte caliente. Cartas obscenas, juegos eróticos… Has visto juguetes en mi coño, hoy me has visto usarlos con tu cuerpo, penetrándote… Has visto sexo sin control, has visto posturas que no sabías que mi cuerpo iba a resistir. Me has visto sexual, provocativa, muriéndome por ser la amante que siempre quisiste y nunca pediste.
Me has visto domada… me has visto siendo mi dueño.

Me has visto bañada de esperma. Deseada por muchos, poseída por todos. Me has imaginado forzada, humillada, mandando, implorando… Me observaste mirando a otros follar, me soñaste mostrándonos jodiendo como animales a ojos de terceros. Invitando desconocidos a nuestra cama, ocupando otras sábanas por el placer de levantar pasiones y pollas.
Me has dibujado con palabras sucias en tu boca, y yo corriéndome con ellas.

Has visto un mundo lleno de posibilidades en mi cuerpo que tu mente había pasado por alto.
Has escuchado mi voz diciendo soy tu zorra… Y se te ha puesto dura como una piedra.

Has entendido por fin que no lo entendía como tú, has visto que me hacía falta contarlo y no podía. Que no quería buscarlo fuera, pero que a la vez me moría de ganas por intentarlo. Que era necesario… que sin eso mi ser no existía como lo entiendes, después de todo…
Morbosa. Perversa. Viciosa…

Hoy me has visto… ¡Dios! Lo has visto y has entendido. Sabes que soy así, sabes que es lo que quiero… Que necesito que me tomes como soy tanto como el aire en los pulmones, que mi sangre se calienta cuando tú piensas en rozarme las nalgas con malicia… Esa sangre que tanto tiempo se helaba en mis venas, esa que casi ya no sentía estando contigo…
Hoy me has preguntado y te he contestado. Dices que me puse colorada…

Pero tú… tú has sonreído, y ¡por Dios! ¡Qué maravilla verte empalmado!



1 comentario:

  1. Es el retrato de la dama que a todos/as nos gustaria disfrutar,otro sesgo en tu estilo.maravilloso resultado.

    ResponderEliminar