¿Lees novela erótica? ¿Te has corrido alguna vez cuando tus ojos se deslizan por las palabras escritas en páginas amarillentas, mientras sientes los latidos atenazando tu polla caliente y dura en el pantalón vaquero?

¿No has sentido como un escalofrío recorre tu espalda desde el pubis, dándote la sensación de que necesitas aire... o mejor, una boca que recorra esa verga erguida desde su base hasta la punta? Muy mojada, mucha saliva caliente resbalando por unos labios carnosos pintados de rojo que se desdibujan manchando el rostro femenino.

Mi rostro...

En su defecto puedes masturbarte, agarrar firmemente tu polla con la mano, rodear el capullo con los dedos gruesos y sentirla palpitar. Gemir.

¿Quieres correrte leyendo novela erótica? ¿Quieres que escriba porno para ti? ¿Quieres recordar estas palabras mientras estás conduciendo, acostado en la cama, o duchándote? ¿Quieres sentir como se te pone dura cuando el agua acaricia tu culo al entrar en el mar? ¿Quieres imaginarme jadear tu nombre mientras estamos separados, fantasear con cómo me masturbo tirada sobre la alfombra de mi dormitorio, como me penetro yo misma y me lamo los pezones... pensando en ti?

Como me estremezco al correrme... gritando tu nombre.

Imagina leche condensada resbalando por mis nalgas. Y ahora imagínala resbalando por mi coño rasurado. Imagina que la lames, que la chupas entera, y que yo te acompaño. Que nos pringamos entre sudor y azúcar.

Y ahora imagina que no es leche condensada...

¿Quieres?

Yo quiero que te corras pensando en mí.

Puedo hacer que te corras pensando en mí.

Puedo.

Puedo escribirte las cosas más calientes.

Puedo.

¿Quieres?

sábado, 3 de septiembre de 2011

Recuérdame...

Acostarme en mi cama ya no va a ser lo mismo. Tiene tu olor, disimulado, y veo tu silueta recortado sobre el blanco de la colcha arrugada. Y nunca podré ponerme ese pañuelo al cuello sin imaginarme que me agarras de él para obligarme a besarte… y luego a lamértela.
No podré cocinar sin que se me caliente la entrepierna y moje las bragas.

¿Eso es bueno?

Me encanta.

Quiero tener recuerdos de ti por toda mi casa, quiero hacerla acogedora con tu imagen, calentar el frío suelo de mármol con tu olor…

Quiero que me folles en la terraza, con el riesgo de que nos descubran los vecinos; quiero que me vuelvas a hacer gemir, que sofoques tu orgasmo contra mi espalda, sentir otra vez su aliento cálido contra mi piel, tu saliva… Y que sientas los latidos de mi corazón cuando me abraces después de que me hayas dejado exhausta y satisfecha, ruborizada.

Quiero chupártela en el baño, enjabonarte todo el cuerpo y frotarme contra el tuyo. Pringados y resbaladizos, después de unas copas de vino y una sesión de masaje erótico. Quiero que te corras sobre mis nalgas, que veas como resbala tu semen por mi culo y disfrutes con la imagen de mi cuerpo entre jadeos.

Quiero que pienses en mí, quiero que recuerdes cada embestida de tu polla dura en mi coño, que la saborees como si lo estuvieras haciendo todos los días conmigo, aunque sea otra la que calienta tu cama. Quiero que se te ponga dura cuando me recuerdes en el sofá de mi casa, recorriéndotela entera a horcajadas sobre tus muslos, sintiendo como yo subía y bajaba, mojándote todo.
Quiero…

Quiero que me des tu lengua, que me la regales. Quiero que sea mía. Quiero que me pidas la mía, que me pidas siempre todo lo que se te apetezca. Quiero cumplir todos y cada uno de tus deseos.

Quiero que me sientas tuya.

Ser tu esclava, tu amante.

Recuérdame. Siempre.




1 comentario:

  1. ¡Uf! Muy bueno.

    Ciertamente, una fuerte relación pasional suele dejar una huella indeleble en los recuerdos de un hombre.

    Más de una vez me he sorprendido erecto recordando momentos muy especiales con alguien del pasado, y estoy seguro que esa persona se sentiría muy feliz de saber que aún puede conseguir avivar mi libido después de tanto tiempo... o al menos eso me gusta pensar.

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